DESENTIDOS

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lunes, 20 de diciembre de 2010

EL VINO: DETALLE Y SENSACIÓN


El vino, bebida de los dioses de aromas penetrantes y robustos, o suaves e intensos, afrutados con olor a cítricos o frutos rojos, de toques florales o especiados, o aromas que recuerdan a la madera y al aire que se respira en los bosques.
El vino, ese buen amigo de las comidas del cual hay que saber disfrutar de su compañía, apreciando sus colores: violáceos, dorados o rosados; sus fragancias, su sabor, pudiendo ser éste de gran carácter o amistoso, duradero o, incluso a veces, complejo.
El vino, que nació para el deleite de los sentidos y que debe ser degustado con tiempo y con cariño para su admiración, para conocerlo en su plenitud, para descubrir el nivel de conexión entre uno y el caldo, para averiguar si se asiste al comienzo de una íntima amistad.
El vino, cuya elaboración es más que una tradición, es un arte que aún hoy busca la perfección; la perfección para cada momento, para cada paladar, para cada persona.
El vino, ese gran acompañante de las ocasiones especiales, que forma así parte de nuestra memoria y nuestros recuerdos, echando raíces en cada ser humano y arraigándose en nuestras almas.
El vino, simplemente ese elixir majestuoso e inigualable.
Publicado por Xiomara Villanueva en sábado, diciembre 18, 2010

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