DESENTIDOS

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jueves, 27 de mayo de 2010

SENTIMIENTOS DE UN VITICULTOR


Mis viñas son únicas. Que difícil es controlar a la naturaleza, como juega , con las inclemencias del tiempo, el oidio y el mildium, cubriendo con su manto las uvas en su cuajado y rompiendo mi ilusión de salvar la viña. Con mi agricultura ecológica y los sacos de azufre, como un gladiador bregando con la naturaleza , conseguí el color perlado de mis uvas y salvar la cosecha. Aún sabiendo cómo sigue la naturaleza de la cepa su curso, es siempre una sorpresa ver aquel viñedo lleno de esculturas oscuras en invierno, brotado en primavera con su verde esperanza y repleto de uvas y de color púrpura y ambarinas en verano, con las hojas rojo cardenal invitándonos a la vendimia.
Continuo con mi sudor y trabajo mimando a la cepa: arando la tierra, la libera de carga con una segunda poda en la que elimina el exceso de racimos y mamones que le quita la energía vital a mi amada viña. Pero yo se que cada viña guarda el secreto del futuro y la fuerza de sus uvas; para ser la energía del vino.
Vendimia, palabra mágica del viticultor, donde afloran infinitos sentimientos. Cuando coja la cosecha te hablaré y me enfadaré con tristeza y con desamor, para después perdonarte o me alegraré, porque puedo continuar cuidándote y amándote porque he ganado la batalla contra la naturaleza y ¡tú viña! me has embaucado con tus mejores racimos.

2 comentarios:

  1. Pero amigo, lo tuyo es poesía pura. Tienes pensado venirte para Tenerife?
    Un abrazo. y hasta mañana día 1 que sale el nuevo número con tu reportaje
    Gracias

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  2. La parra se agarra a los misterios volcánicos del suelo, absorbiendo las riquezas minerales, conformándose un racimo que cada año engendra un racimo de uvas único e irrepetible de esencias caprichosas y sabores irrepetibles, estando a capricho dichos parámetros según la en entorno que ese año haya sufrido su desarrollo , Captando las propiedades del sol, absorbiendo las humedades de la noche, en una síntesis de la biodiversidad de su entorno la que se transmite en cada una de sus racimos de los cueles emanara un vino único e irrepetible, de hay la pasión de cada vendimia por descubrir que nos depara esas gestación. De hay la desesperación por ver el producto de la constancia, el mimo y el cuidado por parte del vinicultor y porque no de los caprichos de la naturaleza por su contribución a ese producto único.
    Este año la naturaleza no ha jugado a tu favor Luis, ha mermado esa gestación que has cuidado con mimo y pasión en esas tierras tan sagradas para nuestra isla. Pero eso no significa que la pasión por su cuidado desista sino que se aprende a como “sobrevivir” y como ayudar a al naturaleza para que todos los cauces sigan su curso para que esas ansiosas vides luzcan esplendorosas con ese preciado producto de la naturaleza, para que como siempre, podamos probar lo que la madre tierra nos ofrece desde la profundidad de sus entrañas y que tu mejor que nadie sabes transmitir a través de sus vinos.

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