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DESENTIDOS
viernes, 6 de mayo de 2011
BODEGA VEGA DE GÁLDAR
BODEGA VEGA DE GÁLDAR
Al entrar en Bodega “Vega de Gáldar”, se siente el mismo pálpito como un devoto ante una gran catedral. Esa energía nace de la exaltación compartida por el mundo del vino, de dos virtuosos, el propietario Amable Rodríguez del Castillo y el pintor Cristóbal Guerra , sin olvidarnos de la esencia de un ser especial Nubia.
Después de diez años de experimentación, trabajo e ilusión y aprovechando unas antiguas caballerizas y una vieja casa agrícola propiedad de la familia Rodríguez del Castillo, se rehabilitan, adaptándola para la elaboración de los vinos de Autor, Viña Amable, El Convento y Nubia.
La bodega esta situada en las fértiles tierras de La Vega de Gáldar, justo en el inicio de la zona llamada La Viña, lugar cargado de historia, ya que desde el siglo XVI era conocida por la calidad de sus vinos, vinculados al antiguo Convento Franciscano de San Antonio de Padua.
La Vinícola elabora unos vinos de producción limitada, siempre como vinos de Pago, donde el maridaje entre Vino y Arte, es el cuño identificativo de esta Bodega.
Las barricas de crianza comparten tiempos de silencio y espacios con las obras de arte relacionadas con el vino.
Un cáliz de vino es una revelación en miniatura de un cosmos que demuestra su particular casta a través de la esencia de los sentidos, como lo demuestran estos vinos como una sinfonía de aromas.
En la enológica “Vega de Gáldar”, es imposible separar el vino de los hombres que lo elaboran, pero también es imposible separar el vino de la tierra que produce su viña.
Es preciso pues admitir que, la viña exige que no todo se refiera a la rentabilidad, sino, sobre todo, a la filosofía y al arte. Se trata de una energía universal proyectada por el pensamiento, en tanto que esté en armonía con el firmamento. Y esto es lo que interviene en la viña, verdadero nexo de unión entre el hombre y el universo. Cuando la viña nos ofrece sus frutos, su vida, su energía en forma de racimo, para transformarlo por medio de la alquimia en los vinos “Viña Amable”, “Nubia” y “El convento”, nos sorprende la transferencia de toda la energía de un año de trabajo, que se manifiesta en el cuidado de la viña con sentimientos de amistad, de complicidad, de pasiones, de devoción, esto solo puede dar más que excelentes resultados.
Hablar del Malvasía Nubia es sentir tres pasiones, el arte, el vino y el amor de un padre hacia su hija,
No hay mayor representación que la de Cristóbal Guerra,
El quería representar las atributos juveniles de su hija con todo sus pensamientos, quería transmitir a través del vino la impronta pulcra de la divinidad de Baco, definición perfecta del sentimiento hacia su hija.
El Nubia es joven, fresco, brillante, inocente, lleno de energía. Quién lo deguste, sentirá algo sobrenatural, algo difícil de definir, algo que no puede explicar el ser mortal, porque es la transmutación de un ser humano en caldo de dioses.
Un vino es el resultado de la alquimia entre el hombre y la naturaleza, pero lo más importante es que el Nubia 2010 es una pieza irrepetible por varias razones: Un nombre especial personalizado por alguien especial y para un vino inconmensurable y sublime.
Cada ser que prueba los vinos de la bodega, entra en una atmósfera hipnótica, atrapado por los sentidos, se lleva lo mejor de la Gran familia Vega de Gáldar, un trozo del alma, un pedazo de nuestros sueños y unas gotas felicidad
Especulaba siempre que el arte de hacer vino, su elaboración, su sabiduría y riqueza acababan en el cristal en el momento de deleitarse en el cáliz. Esa idea me dejaba fascinado y satisfecho, hasta que un día mi existencia se encontró con Cristóbal Guerra. Testigo de la excitación causante en mi Ser, me di cuenta que el vino no terminaba allí con la ingesta y los sentidos. Volví a emocionarme y a servirme otra copa, incitado y asustado a la vez, sabía que tenía que encontrar ese nuevo camino y llegar hasta donde mi imaginación no podía visualizar.
Descubría algo insólito, la elevación del el vino hasta lo más alto de la Cultura, El vino transfigurado en Arte.
Amable con su vino, con su mente tan fértil, Todo comenzó después de la zafra del 2009, la poda en el invierno, formando esculturas férreas, la brotación en primavera, donde el verde expresa la esperanza del viticultor, seguida de la floración y el cuajado, el envero entrado el verano, marcando el momento en que esa baya comenzara a madurar, a cambiar de color, a ese rojo púrpura esperando el momento de ser vendimiada.
Este año la naturaleza se ha aliado con tu pasión, has cuidado con mimo y esfuerzo esas tierras tan sagradas. Te has enamorado de esas ansiosas vides para que luzcan esplendorosas con ese preciado producto de la naturaleza, para que como siempre, podamos probar lo que la madre tierra nos ofrece desde la profundidad de sus entrañas y que tu mejor que nadie sabes transmitir a través de tu gran vino el Viña Amable, representando el color de la uva.
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