DESENTIDOS

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martes, 27 de abril de 2010

PENSAMIENTOS ÍNTIMOS SOBRE EL VINO



El vino es un hechicero poderoso que nos transporta miles de kilómetros, y hacia todos los años que hayamos vivido. Los olores de las frutas me llevan de golpe a mi viñedos. Los hipnóticos aromas del vino, instantáneos y fugaces, hacen que mi corazón se dilate de alegría hedónica.





El embaucador rojo picota, nos recuerda como maestro de ceremonia que es hijo de la alquimia y nos envuelve con su áurea a todos aquellos que tiene el privilegio de degustarlo.

2 comentarios:

  1. Nervioso, pero sin duelo
    A toda la concurrencia
    Por la mala voz suplico
    Perdón y condescendencia.

    Con mi cara de ataúd
    Y mis mariposas viejas
    Yo también me hago presente
    En esta solemne fiesta.

    ¿Hay algo, pregunto yo
    Más noble que una botella
    De vino bien conversado
    Entre dos almas gemelas?

    El vino tiene un poder
    Que admira y que desconcierta
    Transmuta la nieve en fuego
    Y al fuego lo vuelve piedra.


    El vino es todo, es el mar
    Las botas de veinte leguas
    La alfombra mágica, el sol
    El loro de siete lenguas.


    Algunos toman por sed
    Otros por olvidar deudas

    Y yo por ver lagartijas
    Y sapos en las estrellas.

    El hombre que no se bebe
    Su copa sanguinolenta
    No puede ser, creo yo
    Cristiano de buena cepa.

    El vino puede tomarse
    En lata, cristal o greda
    Pero es mejor en copihue
    En fucsia o en azucena.

    El pobre toma su trago
    Para compensar las deudas
    Que no se pueden pagar
    Con lágrimas ni con huelgas.

    Si me dieran a elegir
    Entre diamantes y perlas
    Yo elegiría un racimo
    De uvas blancas y negras.

    El ciego con una copa
    Ve chispas y ve centellas
    Y el cojo de nacimiento
    Se pone a bailar la cueca.

    El vino cuando se bebe
    Con inspiración sincera
    Sólo puede compararse
    Al beso de una doncella.

    Por todo lo cual levanto
    Mi copa al sol de la noche
    Y bebo el vino sagrado
    Que hermana los corazones.


    Poemas de Nicanor Parra

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  2. ¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa
    conjunción de los astros, en qué secreto día
    que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa
    y singular idea de inventar la alegría?

    Con otoños de oro la inventaron. El vino
    fluye rojo a lo largo de las generaciones
    como el río del tiempo y en el arduo camino
    nos prodiga su música, su fuego y sus leones.

    En la noche del júbilo o en la jornada adversa
    exalta la alegría o mitiga el espanto
    y el ditirambo nuevo que este día le canto

    otrora lo cantaron el árabe y el persa.
    Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia
    como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.

    Poemas de Jorge Luis Borges

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